La situación de personas desplazadas en Colombia es muy triste porque viven en condiciones precarias, y muchos de ellas, sin casa ni trabajo.
En estos últimos días visité dos barrios de Bogotá, uno de ellos es Caracolí, que se encuentra ubicado al sur de Bogotá, en la Ciudad Bolivar, y el otro, es el barrio Lisboa, que está en Suba al norte de Bogotá.
En ambos lugares viven personas desplazadas por los grupos armados, que han dejado sus tierras, sus animales, etc. Muchas de ellas son afrocolombianas y están en Bogotá, algunas, unos meses y otras, ya llevan años, tratando de buscar trabajo, vivienda y un bienestar para su familia e hijos.
Pero, muchas de ellas se sienten discriminadas a causa de su raza o de su procedencia. Por lo tanto, para ellas es muy difícil encontrar un sitio donde vivir y trabajar.
La discriminación es todavía uno de los desafíos que debemos superar. Y es injusto, que se condicione a las personas por su raza o procedencia, para acceder a un puesto laboral.
En Lisboa una de la señora decía, que hay personas que utilizan la situación que viven muchas personas en el barrio, para pedir ayuda económica en nombre de ellas, pero señaló, que nunca recibieron ni un peso. Pues, este tipo de hechos se llama manipulación. No es justo utilizar ciertas circunstancias o realidades para obtener ayuda económica.
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