El mes de agosto del 2008, nuestro país estuvo marcado de sangre derramada en las carreteras del Perú y de una lista de protestas que provocó el gobierno, con la famosa publicación de los decretos 1015 y 1073, que facilitaban la venta de tierras comunales de la sierra y de la selva. Tal vez, no se esperaba la organización y la respuesta por parte de los “indígenas” y se pensaba que ellos iban aceptar fácilmente y obedecer los mandatos de un gobierno, que no considera, en parte, a las personas que viven excluidas y las más afectadas. Pues eso era antes, que fácilmente se le podría “manipular o convencer” a la gente.
Frente a esa avalancha de bloqueos de carreteras, heridos y algunas muertes, el Congreso se vio obligado a derogar las leyes 1015 y 1073. Esto pasa, normalmente, cuando las cosas no se hacen de una manera planificada y pensada, cuando no hay antes un diálogo, un debate y, sobre todo, la participación activa de los afectados, en este caso, los indígenas.
Es bueno pensar y desear que nuestro país progrese y que la pobreza disminuya. Es bueno, traer inversiones a través de las empresas extranjeras, pero hay que estudiar y ver también, las consecuencias que pueden traer estos contratos. Es fácil, firmar un documento, es bueno decir sí, es interesante sonreír al momento de aceptar propuestas, es bonito dar la palmadita por un par de segundos…pero es difícil asumir las consecuencias, los desastres, la contaminación, el malestar del pueblo…
Muchos políticos piensan que si no hay inversión extranjera, la gente seguirá viviendo marginada y en su pobreza. Hay gente que todavía sueña y desea que los peruanos vivan bajo la opresión de unos y “dependientes” de ciertos grupos. Si hay pobreza en nuestro país, es porque no tuvimos las mismas oportunidades: a la educación, al trabajo, a tener una vida digna, etc. La gente pobre e ignorante, aunque trabaje en las grandes empresas transnacionales, seguirá siendo pobre, humillado y explotado. Los peruanos necesitan tener una buena educación, recibir charlas, talleres y capacitación, para que ellos mismo sean actores de su propia vida.
Cuando uno posee las facultades de gobernar, piensa que él tiene el derecho, el deber, la urgencia y la potestad, de tomar decisiones, sin importarles los derechos de las personas.
Parece que todavía, no hemos aprendido de esas protestas que movilizaron multitudes o regiones en nuestro país. Basta recordar el famoso "Tacnazo”, en 1969, “El Huanucazo”, en 1995, “El Arequipazo”, en el 2002, “El Moqueguazo”, en el 2007, y este año, lo llamaremos también “El Indigenazo”, en el 2008. Estos acontecimientos han dejado pérdidas millonarias, miles de vidas, inocentes y situación caótica a lo largo y ancho de nuestro país. Es necesario abrir los ojos, reflexionar y analizar las cosas, para no cometer los mismos errores, que provocan en la vida de las personas, odio, rencor y rebeldía.
Frente a esa avalancha de bloqueos de carreteras, heridos y algunas muertes, el Congreso se vio obligado a derogar las leyes 1015 y 1073. Esto pasa, normalmente, cuando las cosas no se hacen de una manera planificada y pensada, cuando no hay antes un diálogo, un debate y, sobre todo, la participación activa de los afectados, en este caso, los indígenas.
Es bueno pensar y desear que nuestro país progrese y que la pobreza disminuya. Es bueno, traer inversiones a través de las empresas extranjeras, pero hay que estudiar y ver también, las consecuencias que pueden traer estos contratos. Es fácil, firmar un documento, es bueno decir sí, es interesante sonreír al momento de aceptar propuestas, es bonito dar la palmadita por un par de segundos…pero es difícil asumir las consecuencias, los desastres, la contaminación, el malestar del pueblo…
Muchos políticos piensan que si no hay inversión extranjera, la gente seguirá viviendo marginada y en su pobreza. Hay gente que todavía sueña y desea que los peruanos vivan bajo la opresión de unos y “dependientes” de ciertos grupos. Si hay pobreza en nuestro país, es porque no tuvimos las mismas oportunidades: a la educación, al trabajo, a tener una vida digna, etc. La gente pobre e ignorante, aunque trabaje en las grandes empresas transnacionales, seguirá siendo pobre, humillado y explotado. Los peruanos necesitan tener una buena educación, recibir charlas, talleres y capacitación, para que ellos mismo sean actores de su propia vida.
Cuando uno posee las facultades de gobernar, piensa que él tiene el derecho, el deber, la urgencia y la potestad, de tomar decisiones, sin importarles los derechos de las personas.
Parece que todavía, no hemos aprendido de esas protestas que movilizaron multitudes o regiones en nuestro país. Basta recordar el famoso "Tacnazo”, en 1969, “El Huanucazo”, en 1995, “El Arequipazo”, en el 2002, “El Moqueguazo”, en el 2007, y este año, lo llamaremos también “El Indigenazo”, en el 2008. Estos acontecimientos han dejado pérdidas millonarias, miles de vidas, inocentes y situación caótica a lo largo y ancho de nuestro país. Es necesario abrir los ojos, reflexionar y analizar las cosas, para no cometer los mismos errores, que provocan en la vida de las personas, odio, rencor y rebeldía.

0 comentarios:
Publicar un comentario